En un curso que tomé hace ya tiempo, la expositora hablando del tema del hogar, del darte y dar lo mejor que puedas a tu marido y a tus hijos, nos contaba la anécdota de una conocida de ella, que cuando esta señora se casó entre los regalos de boda que recibió, estaba una vajilla preciosa, francesa, muy fina. Ella, en cuanto llegó de la luna de miel, la guardó en un lugar bastante seguro de su vitrina, para evitar que se dañara; y pensó; " cuando cumpla mi primer aniversario de bodas, haré una rica cena con nuestros amigos más allegados y estrenaremos la vajilla", el tiempo pasó, y al cumplir el primer aniversario de bodas, ella estaba ya en el primer trimestre de embarazo, por lo que no quiso ni pensar en esa cena, y penso: "cuando nazca mi bebe, en su bautizo estrenaremos la vajilla". Y cuando nació la bebe, en su bautizo; supuso que era arriesgado sacar su dichosa vajilla, por lo que pensó que tal vez en otra ocasión, más adelante la sacaría, y así fue pasando el tiempo, los bautizos de sus otros hijos, las primeras comuniones, los quince años de las hijas, la petición de mano de su hija mayor, y hasta el bautizo de su primer nieto, entonces, sucedió... su hija mayor murió en un terrible accidente.
(foto via "edukame") |
La señora, desconsolada tuvo toda la noche del velorio para pensar en cómo habia sido su vida, la de su hija, como sería ahora la vida de su pequeña nieta. Reflexionó en cuantas cosas había hecho, y dejado de hacer con su hija, en cuantas cosas dijo y en las que le dejó de decir... entonces, al dia siguiente después del entierro, ante el asombro de todos, invitó a sus otros hijos, y demás familiares a su casa a comer, y sacó su valiosa vajilla, nuevecita después de tantos años... y les empezó a contar la historia de esa vajilla a sus familiares, y terminó diciéndoles que ni un día más podia estar esa vajilla guardada, porque las cosas son para disfrutarse con los seres a quien más amamos, y esos son nuestros hijos, nuestro marido, nuestros amigos. Que de ahora en adelante se proponía externar sus sentimientos, y no buscar un "mejor momento" para todo, porque nadie sabe lo que nos depara el futuro.
Así los invitó a reflexionar para que permitieran sentarse a sus hijos en el comedor, no a comer arrinconados en la cocina, a jugar juegos de mesa en la sala, a disfrutar de las cosas con los seres amados, pues las cosas son sólo eso...cosas.
Ojalá que nunca nos pase la historia de esta señora, que seamos desprendidos de nuestros apegos, que disfrutemos al máximo a los nuestros, porque la vida es tan sólo un instante, y luego ya no hay vuelta atrás.
Muy cierta tu historia, afortunadamente hace algunos años atras aprendi que cada dia es una ocasion especial y hay que celebrar la vida cada instante.
ResponderEliminar¡Eso amiga! como dices CADA DIA ES UNA OCASIÓN ESPECIAL, y a veces el mismo ajetrear de dia a dia nos hace olvidarlo. Gracias por tus palabras.
EliminarASI ES LA VIDA, CON TODAS SUS VENTAJAS Y DESVENTAJAS... HAY QUE DISFRUTAR CADA MOMENTO QUE TENGAMOS VIDA... HAY QUE USAR Y GOZAR LO QUE TENGAMOS, ASI SEA ALGO INSIGNIFICANTE. TODO ES EN SU MOMENTO PORQUE NO SABREMOS SI MAÑANA LO TENDREMOS...SALUDOS AMIGA: DULCE MA. GUILLEN M.
ResponderEliminarMuy ciertas tus palabras amigas, gracias por compartirlas. Un abrazo.
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